La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Voy. Voy a encontrar
Esa manera sabía y dura
Para actuar para actuar
Soy soy uno mas
Otro que quiere en tu cuerpo
Reposar y viajar
Me quedo sólo y sin hablar
Cuantas caricias tuyas
Podría disfrutar
Sin echarme atrás
Y dudar y dudar
Sin poder pensar
Cada caricia tuya
A querer bailar...
A querer bailar...
A querer bailar...
Vamos a llegar
Al cuerpo explotar
No quiero lamentar
No poderlo probar