La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Sobre Las Aguas Trazendo a Arca
Si el Sol se va
Y la noche cae
Tú eres el que me guía
Si me alcanza la tempestad
Tú eres mi refugio
Si el mar me sumergiera
Sé que Dios
Me salva y me hace respirar
Y me hace andar
Sobre las aguas
Señor solo tú eres mi salvación
El dueño de mi corazón
De mi canción y adoración
Si el Sol se va
Y la noche cae
Tú eres el que me guía
Si me alcanza la tempestad
Tú eres mi refugio
Si el mar me sumergiera
Sé que Dios
Me salva y me hace respirar
Y me hace andar
Sobre las aguas
Señor solo tú eres mi salvación
El dueño de mi corazón
De mi canción y adoración
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya
Se el mar me sumergiera
Sé que Dios
Me salva y me hace respirar
Y me hace andar
Sobre las aguas
Señor, solo tú eres mi salvación
El dueño de mi corazón
De mi canción y adoración
Aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya