La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
De vez en cuando hay que pegarle a la mujer
Para que sepan quién es el hombre
Las hembras quieren adueñarse del poder
Y que nos manden no tiene nombre.
La hembra carga muy pejado el pantalón
Y al maridito lo trae bien frito
Por eso diario hay que pegarle un descontrol
Hasta que diga basta papito
No sean ingratos no la agarren a patadas
Hay que pegarles con la fuerza del amor
Hay que traerlas entre besitos desmayada
Hay que pegarles en el medio del corazón.
Hay que pegarle a la mujer, hay que pegarle
Para que aprenda a obedecer igual que un niño
Hay que pegarle a la mujer, hay que pegarle
Hay que pegarle a la mujer, hay que pegarle a la mujer
Con el cariño.