La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Qué bonito sería
Encontrarte otra vez de manera casual cruzando la avenida
Invitarte a charlar, a tomar un café
Y a contarnos lo nuevo en nuestras vidas.
Qué bonito sería
Disfrutar otra vez la chispa de cristal que ilumina tu risa
Y volver a sentir el fuego de volcán que quemó mis venas
Cuando anduvo el amor volando sin control entre nosotros dos.
Qué bonito sería
En medio del café escucharte decir que te hice falta
Que tú y tu nuevo amor no te ha hecho sentir
La fuerza incontenible del deseo
Qué bonito sería
Poder rozar tu piel sólo por revivir aquellos días
Cuando el tempo paró, el ruído se apagó y nos creímos solos
Cuando anduvo el amor volando sin control, sin censura y sin miedo
Cuando anduvo el amor volando sin control entre nosotros dos