La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Vamos, vamos, vamos, vamos, pastorcitos
Vamos, vamos, vamos a Belén
Y veremos todos al Dios del amor
Con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración
En el portal de Belén
Hay estrellas, Sol y Luna
La Virgen y San José
La Virgen y San José
Y el niño Dios en la cuna
Vamos, vamos, vamos, vamos, pastorcitos
Vamos, vamos, vamos a Belén
Y veremos todos al Dios del amor
Con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración
Entre tanto San José
Lo acaricia en sus brazos
Y la Virgen María y la Virgen María
Lo acaricia en su regazo
Vamos, vamos, vamos, vamos, pastorcitos
Vamos, vamos, vamos a Belén
Y veremos todos al Dios del amor
Con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración
Pastorcitos gran noticia
Gratas nuevas voy a dar
Y tres reyes del oriente
Y tres reyes del oriente
Se dirigen al portal
Vamos, vamos, vamos, vamos, pastorcitos
Vamos, vamos, vamos a Belén
Y veremos todos al Dios del amor
Con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración