La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Yo era un triste peregrino
que iba en busca de un amigo
que pudiera darme libertad;
fui esclavo por un tiempo
y en Egipto casi muerto
sin tener alguien a quién amar.
[Coro:]
Me libraste de Egipto
me diste sus riquezas
todo por piedad;
luego diste a mi vida
nueva naturaleza
gloria a ti, Jehová
me has dado libertad
En un momento confundido
iba en busca de una meta
sin saber si era mala o era buena;
tropezándome con el frío
con las piedras del camino
buscando la paz dentro de la guerra.