La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¿Que le diré
A tu mitad
Del armario que
Quedara sin habitar?
¿Que excusa le debería
Dar a tu tazón
Cuando a la hora del te
Ya no sean dos?
¿Que debo hacer al despertar
Sin tus labios de Sol para
Arrancar el día?
Y ayúdame a dar
Con que decir
Cuando nuestro sillón
No te vea venir
¿Que le diré a el balcón
Cuando no escuche
El ir y venir de tu voz?
No se como podre consolar
Este nido partido en dos
Que fuera un hogar
No es el límite
Ni se si haya
Quien puede intentar
Entrar en razón
¿Donde quedo la sensibilidad?
¿Como puedo hacerme
El tranquilo y feliz yo?
¿Que le diré a ese galán
Que te esperara para maullar, afuera?
Y ¿como sabré por donde andar
Sin que los arboles me
Quieran llorar?
Por no saber en donde estas
Su sombra no arrullara a nadie más
Todo el patio se hundió
En depresión
No de seco es más
Como falto de Sol
No es el límite
Ni se si haya
Quien puede intentar
Entrar en razón
¿Donde quedo la sensibilidad?
¿Como puedo hacerme
El tranquilo y feliz yo?
La habitación ya no puede más
Busca el sueño pero no descansa
No creo poderlo sobrellevar
Y yo haciéndome el fuerte
No soy convincente
Y no se disimular
La penuria a moldeado mi rostro
Y ves no soy quien para consolar
Al fantasma que fuera un hogar
Nuestro hogar