La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Ciego, casi anestesiado
Cuantos metros han pasado desde que me sonrió
Parto, muchedumbre en los pasillos
Van cambiando los residuos, hipotermia en el corazón
Vuelta, es la noche y no hay abrigo
Es que a ratos son amigos que lo llaman depresión
Miento, nunca fui tan delirante
Cuando un santiaguino errante pierde un caso, pierde dos
Mil finales para un guión
Gozo con la vista,
Se que no esta lista aquella actriz
Pero vamos, que yo conozco su pasado
Hubo un crimen a su lado y ella no se percató
Mil finales y un nudo que no va
Y si es un mal montaje,
Vestiré mi mejor traje de pintor
Vamos, que ya no pasan por esta calle
Si de fijarse en los detalles consistiera sobrevivir
Miento, y la actriz lo hace mejor
Esta noche no hay temor, pierdo un caso, pierdo dos