La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Caminando al amanecer
Bajo luna de papel
Hierva fresca bajo los pies
Brisa tibia sobre la piel
Y el amor enredándome
Atrapada por tus besos
En tus brazos, por el suelo, no
Quiero caer.
Siempre tiene que ser así
Hoy principio, mañana fin
Hoy contigo, después sin ti
Y no quiero llorar por ti
Cuando el sol me lleve de aquí
Seducida por tu juego
En la trampa de tus besos, no
Quiero caer.
Sálvame, corazón no dejes que me atrapen
Sálvame, por favor, manténte vigilante
He sufrido ya bastante
Y no quiero enamorarme
Sálvame, corazón impide que me atrapen
Sálvame, atención, despierta corazón
Cierra todos mis sentidos
Que yo estoy loca de amor.
Es la hora de la verdad
Quiero y no me puedo negar
Ojos como pozos de sal
Labios de licor, de coral
Oleada de amor total
Atrapada por tus besos
Vuelo libre por el cielo, no
No puede ser.
Sálvame, corazón no dejes que me atrapen...