La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cual adiós, donde ni siquiera hubo afecto
Ni respeto, menos amor
Yo solo soy la cuerda donde secas tus sueños mojados
Al calor del pecado
Por eso cual dolor
Donde la pena tiene por morada
Un corazón sin mi corazón
Después de tantas lágrimas lloradas, quedarme sin ti
Es haber perdido nada
Si piensas que sin ti voy a morir
Hace tiempo que tú ya no vives en mi
Si piensas que me vas a ver doblada
Para mi corazón solo es un descalabro
La tempestad, pasará
Y al despertar solamente serás una pringa de lluvia
Por eso cual adiós
Hace tanto tiempo que te fuiste mi corazón te despidió
Después de tantas lágrimas lloradas, quedarme sin ti
Es haber perdido nada