La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Si es duro el tropezón o la caída,
si ya no tenes fuerzas para andar,
no importa cuanto sea el sufrimiento,
ni cuanto tu alejamiento: Jesús está
El soportó llevar ese madero,
para ganar tu vida y tu amistad,
y volverá de nuevo a levantarse,
pues lo que quiere es salvarte
Jesús está
Allí donde tu corazón se entrega,
allí donde ya no hay más que esperar,
allí donde está perdida la guerra
y las fronteras se cierran, Jesús está.
Allí donde el palmar se hizo desierto,
allí donde la flor marchita está,
allí donde perforan tus heridas,
piensa que hay una salida: Jesús está
Si fue como un baldazo de agua fría,
si una noticia te dejó sin paz,
si piensas que se arruinará tu vida,
ve sus manos extendidas: Jesús está.
Abrázalo a pesar de los pesares,
escucha su palabra en tu interior;
el quiere que tú puedas levantarte;
mira arriba y adelante: ¡Jesús está!
(Gracias a Ariel por esta letra)