La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
De joven por los setenta mi padre vivió en Maisí
De joven por los setenta mi padre vivió en Maisí
Y luego me hizo a mí
Empezando los noventa
En Baracoa me cuenta se bañó en el río Miel
En Baracoa me cuenta se bañó en el río Miel
Y lo que se impregnó en él
Me lo bebí en la placenta
¡Ay dio’!
Baila mi nengón
Neolítico
Baila mi nengón
Folclórico
Baila mi nengón
Apócrifo
Baila mi nengón
Ilógico
Así crecí y me inspiré en las musas de occidente
Así crecí y me inspiré en las musas de occidente
Pero este Nengón de oriente
Lo llevo bajo la piel
Se dice que es el Nengón, por maña o por racismo
Se dice que es el Nengón, por maña o por racismo
De negros, y da lo mismo
Si mi tema esta blancón
¡Nengón!
Baila mi nengón
Neolítico
Baila mi nengón
Folclórico
Baila mi nengón
Apócrifo
Baila mi nengón
Ilógico