La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Un grande nubarrón se haré en el cielo
Ya se aproxima una fuerte tormenta
Ya llega la mujer que yo más quiero
Por la que me desespero
Y hasta pierdo la cabeza (claro!)
Ya llega la mujer que yo más quiero
Por la que me desespero
Y hasta pierdo la cabeza
Y así como en invierno un aguacero
Lloran mis ojos como las tinieblas
Y así como crecen los arroyuelos
Se crece también la sangre en mis venas
El mar sereno se vuelve violento
Parece una gigante mareada
Ya crece la alegría en mi pensamiento
Como el despertar de un sueño
Por que mi prenda amada
Ya crece la alegría en mi pensamiento
Como el despertar de un sueño
Por que mi prenda amada
Ya se alborota mi pecho latiendo
Como el repiquetear de una campana
Ya se hizo la luz en mi pensamiento
Como sombras de luces declinadas
Los ríos se desbordan por la creciente
Y sus aguas corren desenfrenadas
Y al verte yo no puedo detenerme
Soy como un loco que duerme
Y al momento despertara
Y al verte yo no puedo detenerme
Soy como un loco que duerme
Y al momento despertara
Y así como las nubes se detienen
Después de un vendaval viene la calma
A todo río le pasa la creciente
Menos al amor que llevo en mi alma