La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
En momentos así
Que puedo sentir tu lluvia en mí
Deseo cantar y entregar
Lo mejor de mí
En momentos así
Que puedo sentir tu lluvia en mí
Deseo cantar y entregar
Lo mejor de m
En momentos así
Que puedo sentir tu lluvia en mí
Deseo cantar y entregar
Lo mejor de mí
Mis labios se alegraran
Mi corazón reirá
En todo momento
Cuando cante a ti
Mis manos levantaré
Rindiendo todo mí ser
Como una ofrenda
Mi alabanza daré
En momentos así
Deseo fluir
En alabanza a ti
Deseo cantar y entregar
Lo mejor de mí
Mis labios se alegraran
Mi corazón reirá
En todo momento
Cuando cante a ti
Mis manos levantaré
Rindiendo todo mí ser
Como una ofrenda
Mi alabanza daré
Con todo mi corazón cantare
Daré mi alabanza a ti
Con todas mis fuerzas gritare
Que no hay nadie más... (bis)
Mis labios se alegraran
Mi corazón reirá
En todo momento
Cuando cante a ti
Mis manos levantaré
Rindiendo todo mí ser
Como una ofrenda
Mi alabanza daré
Me rindo señor…
Como una ofrenda
Solo para ti mi dios.