La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hoy, te siento como la primera vez
Y es lo mismo cada vez que vuelvo a ti
Luz de luna que descubre tu perfil
Nos da la noche para ser felices
Pálpitando entre mis manos, vas a recordar
Por qué la vida sabe que tu y yo nacimos para amarnos
Que nuestro destino estaba escrito antes de llegar
Ves que la distancia no ha podido separarnos
Porque siempre vuelvo a ti de cualquier modo
Estaré a tu lado antes y después de todo
Verás aqui las horas no tendrán final
Será la noche para darlo todo
Hoy rozando el cielo hasta tu piel, piel
Hoy te vuelvo a descubrir
Pálpitando en el silencio, vuelvo a comprender
Porque la vida sabe que tu y yo nacimos para amarnos
Que nuestro destino estaba escrito antes de llegar
Ves que la distancia no ha podido separarnos
Porque siempre vuelvo a ti de cualquier modo
Estaré a tu lado antes y después de ir y volver
Y entender lo que siento, que mi vida no existe sin tí
Ves que la distancia no ha podido separarnos
Siempre vuelvo a ti de cualquier modo, a tu lado antes y después de todo
Por qué la vida sabe que tu y yo nacimos para amarnos
Ya ves que el destino estaba escrito antes de llegar
Ves que la distancia no ha podido separarnos
Siempre vuelvo a ti de cualquier modo, estaré a tu lado antes y después de todo