La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
No quiero, fumar marihuana
Fumar marihuana
Oh, oh, oh
No quiero, fumar marihuana
Por la noche, ni por la mañana
Ma-ma-ma-mami, yo no quiero
Fumar marihuana
Tampoco por la noche, ni por la mañana
Oh, oh, oh (oh, oh, oh)
No quiero, fumar marihuana
Por la noche, ni por la mañana
Ma-ma-ma-mami, yo no quiero
Fumar marihuana
Tampoco por la noche, ni por la mañana
Oh, oh, oh, oh, oh, oh (oh, oh)
Oh
Blue da ba dee da ba daa
Dee da ba
Blue, da ba dee da ba daa
Blue da ba dee da ba daa
Dee da ba
Blue, da ba dee da ba daa
Co-co, como yo me muevo, no se mueve nadie
Como yo me muevo, no se mueve nadie
Como yo me muevo, no se mueve nadie
Uh
Co-co-co, co-co-como yo me muevo, no se mueve nadie