La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Uy lejos de todo
Muy lejos de entender
Lágrimas en tu alma
Hambre de querer
Llueve vida en tus sueños
Muere carne en tu piel
Mendigando esperanzas
Es parte de crecer
Lágrimas, sólo lágrimas
Sólo tu rostro muestra la verdad
Lágrimas, sólo lágrimas
Cruzan la noche sin piedad
Desafiando al destino
Despertando sin querer
Suaves brisas dejaron
Ondas marcas en tu piel