La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Vos, sos la vida. Vos, sos mi vida.
Vos, sos mi carne. Vos, el que me desvela por las
Noches de luna. Vos, en tu cuna.
Yo, con mis sueños. Vos, de mis sentimientos dueño.
El amor se presentó y en el cuarto fue la luz.
El milagro pudo ser, luz celeste fue.
Vos, aunque rías. Vos, aunque llores.
Vos, el que ayuda a que yo todo lo valore.
Vos, luz celeste, luz de mis días.
Vos, el regalo, que puede iluminar la vida.
El milagro del amor fue él.
Ese cuarto luz celeste da.
Dios "Presente" dijo otra vez.
Una nueva vida, vida, vida...
El milagro, el milagro.
En el cuarto, en el cuarto fue
Luz Celeste.