La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Quitamancha, Quitamancha. El día que te aplasta, la noche que te gaste. Volumen que te eleva, manada que te lleva. La mente que decide, el cuerpo que te pide. Futuro que te acuesta y que hagan las apuestas (No va más.) ¿Cómo poder ablandar una vida tan dura? ¿Cómo poderme frenar en un mundo que apura? ¿Cómo quitarme la mancha que me hace morir? Quitamancha, quitamancha. ¿Cómo sigo parado, si miro a cada lado? Si miro para arriba encuentro la salida. Libera de la pena y quita la condena. La palabra que siento no se la lleva el viento. Si me pudiste ablandar una vida tan dura, si me pudiste frenar en un mundo que apura, si me quitaste la mancha y me haces vivir. Quitamancha, quitamancha.