La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Que dolor!! Otra vez he caido.
Esta vez de muerte me han herido
(Oh, oh, oh / Oh, oh, oh) Viendo tus ojos en la lluvia,
(Oh, oh, oh / Oh, oh, oh) que me decían.
Vuelve a empezar, que no te derribe el miedo.
Vuelve a empezar, que no se te apague el fuego.
Fondo del mar, pá las culpas y los miedos.
Fondo del mar y vuelve a empezar.
El amor olvidó mi pasado.
En la cruz, se borró mi pecado.
(Oh, oh, oh / Oh, oh, oh) Echa pá lante que estas vivo.
(Oh, oh, oh / Oh, oh, oh) Baila conmigo!!
Vuelve a empezar!! Vuelve a empezar!!!
El mundo te aplasta, la vida te gasta, mirá para arriba.
Su mano extendida está. / Vuelve a empezar!! Vuelve a empezar!!!
Te veo cansado, te veo angustiado.
La cruz no fue en vano, ven dame la mano y va.
Vuelve a empezar!! Vuelve a empezar!!!
No estas terminado, tienes mucha cuerda.
Que todos se salven, que nadie se pierda.
Vuelve a empezar!! Vuelve a empezar!!!
Vuelve a empezar, que no te derribe el miedo.
Vuelve a empezar, que no se te apague el fuego.
Fondo del mar, pá las culpas y los miedos.
Fondo del mar.
Vuelve a empezar, Vuelve a empezar. Vuelve a empezar, Vuelve a empezar.
Vuelve a empezar, Vuelve a empezar.