La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cuando en cautiverio te llevaron de Sion
Y tus sacerdotes lloraron de aflicción
Fue como morir de vergüenza y dolor
Caminaba triste el pueblo fuerte del Señor
Oh, Jerusalén ¿Por qué dejaste de adorar
Al Dios vivo que en tantas batallas te ayudó?
Llora Israel, en un lamento solo
Talvez Dios se acuerde del gusano de Jacob
Llora Israel
Babilônia no es tu lugar
Clama a tu Dios, el te escuchará
Del enemigo Él te librará