La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Atravesando el valle de las lagrimas
Atravesando el valle del dolor
Te he visto llorar te he visto sufrir muchas veces
Ayer te vi, te vi llorar pidiéndole a Dios tu milagro
Y tu llorando tu soledad, llorando en tu soledad y en tu vivir
Coro
No hay Gloria si no hay desierto, no hay victoria sin antes llorar
Aunque ha sido duro el camino y has tenido que llorar
Pero yo que el pero yo se que el
Nunca te abandonara