La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¿Sientes tú el ritmo del cielo
Que libera al cantar?
¿Sientes la pasión creciendo
Al latir dentro de Ti?
Nos humillamos aquí
Rendimos toda vanidad
A Ti, damos toda adoración
Postrados al rendir la vanidad
Aquí, escuchamos hoy Tu voz
Pues el velo se rompió, libres somos hoy por Ti
¿Sientes el poder del cielo
Que produce sanidad?
¿Sientes la pasión fluyendo
Devorando el temor?