La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hace tiempo
Me contaron las estrellas
Que hubo un jardín
Cerca de esa primavera
Y el recuerdo
No dejaba de contarme
El silencio
Que viviste en ese valle
Y el dolor
Que sufriste aquella tarde
Hoy retumban en las rocas de mi viaje
Y yo guardo
Tu palabra en mi equipaje
Para contarle al mundo todo en detalle
De lo que hiciste por mi y lo que hizo por ti
Descanso lentamente y mi alma llora
Recordando los minutos de tu hora
Y el dolor que tenías frente a frente
Se convierte en colores de repente
Moriste y te llevaste mi atención
Y ahora vives dentro de mi corazón
Tú lucha trascendió a la eternidad
Regalándome de tu inmensidad
Ya no hay barrera y el mal
Todo quedó hecho atrás
Milagro de amar
Descanso lentamente y mi alma llora
Recordando los minutos de tu hora
Y el dolor que tenías frente a frente
Se convierte en colores de repente
Moriste y te llevaste mi atención
Y ahora vives dentro de mi corazón
Tú lucha trascendió a la eternidad
Regalándome de tu inmensidad
Ya no hay barrera y el mal
Todo quedó hecho atrás
Milagro de amar