La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cuando el mundo te inunda de fatalidad,
Y te agobia la vida con su mucho afán,
Y se llena tu alma de preocupación,
Y se seca la fuente de tu corazón.
Cuando quieres huir, por que no puedes mas,
Por que solo te sientes entre los demás,
Y no hay más en tus ojos brillo y emoción,
Y se cierra tu boca por que no hay canción.
Puedes sentarte a sus pies,
Y de sus manos beber,
La plenitud que tu alma necesita.
Puedes sentarte a sus pies,
Y cada día tener,
Una nueva canción y nueva vida.
A sus pies hay paz, gracia y bendición,
A sus pies tendras, luz y dirección
La plenitud en él, nunca se agotara,
Puedes descansar, en su presencia.
Cuando el mundo te inunda de fatalidad,
Y te agobia la vida con su mucho afán,
Y se llena tu alma de preocupación,
Y se seca la fuente de tu corazón.
Cuando quieres huir, por que no puedes mas,
Por que solo te sientes entre los demás,
Y no hay más en tus ojos brillo y emoción,
Y se cierra tu boca por que no hay canción.
Puedes sentarte a sus pies,
Y de sus manos beber,
La plenitud que tu alma necesita.
Puedes sentarte a sus pies,
Y cada día tener,
Una nueva canción y nueva vida.
A sus pies hay paz, gracia y bendición,
A sus pies tendras, luz y dirección
La plenitud en él, nunca se agotara,
Puedes descansar, en su presencia.
A sus pies hay paz, gracia y bendición,
A sus pies tendras, luz y dirección
La plenitud en él, nunca se agotara,
Puedes descansar, en su presencia.